A mediados de julio de 2019 conocí a Roberto Gómez. Vino a verme porque quería imágenes fotográficas del Puente de San Martín. Las iba a utilizar en una exposición organizada por la Asociación de Vecinos La Cava que podrían ver todos los toledanos durante las fiestas del barrio, ya avanzado septiembre. Una vez ampliadas y tratadas quería exhibirlas junto con otras realizadas por él. Fue entonces cuando me habló de su trayectoria profesional, de su participación en distintos eventos fotográficos y de la satisfacción que le producía enfrentarse a la realidad a través de la mirilla de una cámara. Incluso me dio cuenta de la atracción que sentía por ciertas técnicas, no muy usuales, como el manejo de cámaras estenopeicas que lograban “deformar” la realidad, logrando una estética muy peculiar.
Tras departir sobre estos temas, llegamos al acuerdo de tramitar la cesión de las imágenes de propiedad municipal con la condición de que nos dejara algunas de las realizadas por él en la ciudad de Toledo. No en vano eran suyas las fotografías toledanas recogidas en la exposición itinerante que pudo verse en nuestra ciudad en 2014 bajo el título “15 fotógrafos, 15 ciudades Patrimonio de la Humanidad”.
El resultado de todo su esfuerzo se concretó en la muestra, inaugurada el 20 de septiembre de 2019, bajo el título de “Exposición fotográfica: Puente de San Martín antes y ahora”. En ella junto con esas fotos tradicionales procedentes del Archivo Municipal (en buena medida, antiguas postales) llamaban la atención poderosamente las estenopeicas. Roberto explicaba la técnica utilizada para su realización de la siguiente manera:
La cámara estenopeica está basada en el principio de la cámara oscura. Para ello, se puede utilizar una caja, un bote, una lata, con su interior absolutamente negro. En un costado se practica un pequeñísimo agujero por donde entrará la luz que proyectará la imagen a la que nos enfrentamos, sobre un material sensible (película o papel fotográficos) durante un tiempo determinado. Así obtendremos un negativo que ha de procesarse con el consabido revelado tradicional, del que luego obtendremos el positivo (arte final). La técnica puede ser relativamente precisa pero sujeta a la experiencia (regla del acierto/error). Estas imprecisiones (falta de definición, abombamientos, rasguños, manchas…) confieren su carácter por la magia de utilizar un recurso tan artesanal, precario o rústico, pero original y exclusivo. Y sin la mediación de cualquier aparataje óptico.
Ahora ofrecemos el fruto de ese intercambio. En total se difunden 50 instantáneas realizadas por Roberto Gómez, la mayoría en torno al año 2010, de toledanos, y visitantes, en su deambular cotidiano. Cada imagen capta un momento peculiar, un detalle que la hace diferente, por una mirada, un gesto, una postura, una escena, un encuadre, un contraste o una técnica. Es la visión de Toledo de Roberto Gómez. A ellas se suman ocho fotos estenopeicas del Puente de San Martín. Junto con ellas hay dos textos que recogen sus reflexiones y algunos datos biográficos elaborados por Roberto a petición nuestra. Confío en que su contemplación les sea tan placentera como lo han sido para mí.
Mariano García Ruipérez
Archivero Municipal de Toledo
