Pésame de la alcaldesa por la muerte del cardenal Francisco Álvarez Martínez, arzobispo emérito de Toledo - Ayuntamiento de Toledo

La alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón, ha expresado el pésame por la muerte del cardenal Francisco Álvarez Martínez, arzobispo emérito de Toledo, fallecido a los 96 años de edad y que ocupó la Sede Primada entre 1995 y 2002. Era Hijo Adoptivo de Toledo y se le concedió la Medalla de Oro de la Ciudad en 2001.

Milagros Tolón, a través de un mensaje en sus redes sociales, ha lamentado la pérdida del cardenal Álvarez Martínez, “que dejó una profunda huella espiritual en Toledo”; trasladando a su familia y allegados su pésame “y el agradecimiento por la labor pastoral realizada como Primado de España”.

Nacido en Llaneras (Asturias), el 14 de julio de 1925, fue ordenado sacerdote en Oviedo, el 11 de junio de 1950, según se recoge en la página web del Arzobispado de Toledo. Hizo sus estudios en el Seminario Diocesano de Oviedo y los de Doctorado en Derecho Canónico en las Universidades Pontificias de Salamanca y Comillas. Preconizado obispo de Tarazona el 13 de abril de 1973, tomó posesión y recibió la Ordenación Episcopal el 3 de junio de 1973.

El 20 de diciembre de 1976 fue preconizado Obispo de la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño, de la que tomó posesión el 16 de enero de 1977. El 12 de mayo de 1989 fue trasladado a la Diócesis de Orihuela-Alicante, de la que tomó posesión el 17 de junio del mismo año.

Designado para ocupar la Sede Primada de Toledo el 23 de junio de 1995, tomó posesión de su nueva Archidiócesis el 24 de septiembre del mismo año, tomando el relevo del cardenal Marcelo González Martín. El 26 de junio de 1996 fue nombrado Administrador Apostólico de Cuenca hasta el 15 de septiembre.

Creado y publicado cardenal de la Santa Iglesia Romana, del título de Santa María “Reina de la Paz” en Monte Verde, por el Papa Juan Pablo II, en el consistorio del 21 de febrero de 2001.

Arzobispo emérito de Toledo, el Santo Padre aceptó su renuncia por edad el 24 de octubre de 2002. Fue sucedido en la Sede Primada por monseñor Antonio Cañizares Llovera.