Medallas de la Virgen del Sagrario - Ayuntamiento de Toledo

En la Catedral de Toledo existen distintas imágenes de la Virgen. La más primitiva está expuesta en una vitrina de la Antesacristía y recibe el nombre de Santa María de Toledo. En el centro del retablo del Altar Mayor hay otra que se conoce también como Santa María de Toledo. En el Coro podemos contemplar la Virgen Blanca que destaca por su delicadeza, belleza y dulzura. Pero la más venerada por los toledanos es la imagen de Nuestra Señora, conocida con la denominación de Virgen del Sagrario porque estaba colocada tradicionalmente encima del acceso al Sagrario, o lugar sacro, donde se encuentran las reliquias (Ochavo).

Esta imagen de la Virgen, sentada con el Niño entre sus brazos, de madera de níspero debió ser realizada a principios del siglo XIII, tal y como indicó P. Guerrero Ventas. Su culto se extendió entre los toledanos a finales del siglo XV o principios del siglo XVI. En 1616 sería inaugurada la Capilla en donde hoy es venerada.

La devoción popular hacia esta imagen de la Virgen se ha mantenido firme desde entonces entre muchos vecinos que la han considerado el principal objeto de su fervor religioso. A ella han dirigido sus plegarias colectivas, cuando la han sacado del Templo primado, haciéndola partícipe de los principales acontecimientos vividos en la ciudad, bien para pedirle ayuda ante calamidades de todo tipo o bien para festejar felices sucesos.

Junto con estas manifestaciones públicas muy visibles, debemos destacar otras más íntimas, más personales, en las que el devoto se dirige a su Virgen, también fuera del recinto catedralicio, utilizando una copia de esa imagen plasmada en un grabado, en un lienzo, en una pequeña talla, en una pililla… que conserva en su casa. La extensión de la devoción alcanzará a todos los toledanos con la ayuda de las estampas de la Virgen que guardan en sus carteras y con las medallas (medallitas o medallones) que llevan colgadas en sus cuellos, mediante cadenitas o cordones, o fijadas a sus ropas externamente con un alfiler. Estas medallas fueron realizadas en distintos materiales (oro, plata, damasquinado y otros metales, madera, etc.), tamaños, calidades y precios. La imagen de la Virgen del Sagrario quedará reflejada en ellas con más o menos perfección.

Luis Alba ha logrado reunir a lo largo de su vida un conjunto único de medallas de esta advocación, datadas entre el siglo XVII y la actualidad, que hemos querido poner ahora al alcance de todos, tras una adecuada reproducción, tanto de sus anversos como de sus reversos. Las más de 230 medallas que pueden admirarse aquí fueron utilizadas por toledanos de distintas épocas para solicitar la intercesión de la Virgen en sus peticiones. Estas piezas no pueden contemplarse en los grandes museos porque son un reflejo muy personal de la religiosidad popular. Sin el celo y la dedicación que Luis Alba tiene hacia todo lo toledano habrían sufrido el mismo destino que los que las utilizaron.


Mariano García Ruipérez
Archivo Municipal de Toledo